ADVERTENCIA

Esta es la historia de unas personas, amigos, que comenzaron a reencontrarse por medio de cartas via mail... lo que suceda está por verse... está diagramado a tiempo real (una carta espera a la otra, casi siempre) si sos impaciente... ni lo intentes, los autores no se hacen responsables de daños colaterales. Lo que si te recomiendan es que empieces por la primera carta, asi la comprension global de la historia es mayor, busca en la barra lateral las publicaciones o anda hasta el final del blog (que ahi comienza) y buena jornada literaria.

miércoles, 26 de agosto de 2009

26 de agosto

Querido Pablo: Desde la última carta que te escribí hasta ésta, no se produjo en mi nada importante, por eso decidí no escribirte en este período esperando que vos lo hicieras. Los días transcurren unos tras otros sin ningún imprevisto. Intento ocupar mis días en algo real y productivo, pero me resulta imposible ordenarme. De noche la soledad me acribilla el corazón y puedo sentir como le crecen los brotes a mi locura. Cuando leí tus deseos de feliz cumpleaños en la pantalla de la computadora, las palabras me amenazaron con un destello blanco como el filo de una navaja. En ese instante me percaté de lo perdido en el espacio que vivo. Vos, hace un tiempo, me reclamaste que yo no recuerde tu cumpleaños. Yo ni enterado del mío. Entonces, en ese instante, para aliviarme de la confusión, posé los ojos en la ventana del cuarto y observé el cielo oscuro y encapotado que se desplegaba afuera sobre los edificios. Hace un par de días que no para de llover. La gente del hospital en esos días se pone melancólica, más de lo acostumbrado. Esa mezcla entre la medicación y la humedad ambiente forman un cóctel que potencia las tristezas. El mundo se vuelve mojado, negro y húmedo.
Como te había contado, sólo Laura podía sacarme de ese estado, pero en su última visita, que por supuesto no recuerdo qué día de la semana fue, las cosas no resultaron del todo bien: Nuestras conversaciones transcurrieron en diferentes direcciones sin llegar a ningún acuerdo, ya ni recuerdo el motivo de la discusión, pero sé que se fue enojada con migo. Yo quedé con sabor amargo en el alma y decidí no pensar tanto en el tema así que me dediqué a colaborar en las tareas del invernadero. Dicen que es una buena terapia, y sí que lo fue, al menos logré despejarme un poco de los quilombos. A punto tal que mi gran problema de hoy fue que algún piola me robó la pava, mi fiel compañera de cuarto, entonces estuve gran parte de la tarde oficiando de detective. Te juro que la voy a recuperar.
Otra cosa que me alegra es que estés en contacto con Marcos, seguramente el flaco va a poder ayudarnos con esta historia. Te mando un abrazo.
Darío.

lunes, 24 de agosto de 2009

Dario, 24 de Agosto de 2009

Darío, ante todo me sorprendió la celeridad con la que me respondiste, acá a mí se me complico un poco para conseguir la compu. Ante todo, te deseo un muy FELIZ cumpleaños amigo, sé que no has podido calculo recordarlo, ya que no contas los días, pero si me acorde. Así que cuando este por ahí te paso a dejar el regalo, ya lo compre, pero por razones que podrás entender todavía no te lo mande.
Por lo que me contas, estas mejor, me alegro, ayer la llame a Laura y no estaba para que me cuente un poco que más puede decirme.
Lo que se, es que me alegra que mientras uno mejora, yo no puedo salir de la depresión de haberme separado de mi novia, y con algunos problemas con la policía, por agresiones y no sé que mas boludeces, así que me escondí por un tiempo en El Huecu, donde viven 2000 personas, así que me quedo guardado por un tiempo. Sé que no tenía que calentarme de nuevo, pero bueno son cosas que suceden, mas no te puedo explicar.
Estoy hablando bastante seguido con Marcos, y le cuento de nuestra historia y me dijo que en cualquier momento se comunica con vos, que espera que podamos ayudarte a recordar y armar tu historia. Que en cualquier momento se aparece por ahí.
Siento que de a poco la gente empieza a volver a preocuparse por vos, después de lo que hiciste, veo que lo que dice el refrán "el tiempo borra todas las heridas", y como borra se nota, porque sé que en la familia todavía se habla de tu reacción.
Por lo demás seguimos en contacto, voy a ver si me puedo conectar un poco más seguido.
Un abrazo grande Pablo.
PD: Siento que con la ayuda de Marcos y Laura, podemos reconstruir la historia, espero que no nos engatusemos nuevamente con la realidad.

martes, 11 de agosto de 2009

11 de agosto de 2009

Querido Pablo:
Te escribo esta carta para redimirme de mi tardanza en la carta anterior, que, como te contaba en ella, en estos últimos días, el tiempo corre de manera misteriosa para mí. Es que últimamente me siento algo extraño, con una gota lacerándome la cabeza desde dentro, lleno de dudas. Hurgando una y otra vez en esa cicatriz que es pensar. Imposibilitado para traspasar por la delicada película ámbar, que teje el sueño. Sería incapaz de dormir, justamente, por la terrible tarea que conlleva la incredulidad. Me revuelco en la cama y despierto en el piso acurrucado y tembloroso. Paso la mayor parte del tiempo concentrado en luchar por no dar solvencia a los recuerdos que lastiman, a sensaciones que enajenan el pasado, tornándolo impersonal, estéril, y sobre todo, sospechoso de engaños, embustes que meten miedo.
Me miro a la cara frente al espejo y veo mis ojos lánguidos frente a la procesión inconexa de recuerdos y dudas.
Por momentos creo haber descubierto que el mundo no es lo que parece o, quizá, que el mundo aparente no es el único; el mundo real es sólo una parte de la mentira, y en la otra punta de mi cabeza, como agazapados, me esperan tus palabras que se empeñan en desmentir cada gota de cordura a la que intento agarrarme.
Un movimiento suele ser fácil de ejecutar, es algo automático la mayoría de las veces, sólo se complica si lo despedazamos en sus infinitas partes: cada sinapsis, cada terminal neuronal motora zarandeando un músculo que carga a un hueso, y éste a la carne y luego a la piel. Si me preguntasen qué estuve haciendo hoy por la mañana o hace un rato, no sabría que responder. Tal vez olvide en que estuve pensando, como siempre. Tal vez me perdí pensando en que me perdía y por buscarme fui más lejos aún. A veces creo estar cerca de la verdad, sobretodo cuando estoy con Laura, en esos momentos siento que soy otra persona, que quedan atrás todas las dudas y que finalmente soy feliz. Pero, siempre existe un pero en mi vida, al leer tus cartas, todo se me derrumba. Con esto no quiero decirte que no me escribas, para nada, estoy convencido de que la realidad sólo puede llegarme luego de confrontar mi versión con la tuya. Te mando un abrazo grande y espero poder juntarnos algún día para hablar largo y tendido.
Darío.

lunes, 10 de agosto de 2009

10 de agosto de 2009

Pablo:
Antes que nada te pido que me disculpes por no haberme acordado de tu cumpleaños, lo que sucede, y no es que quiera justificarme, es que aquí adentro no se sabe muy bien en que día se vive, he perdido la noción del tiempo en cuanto a fechas, es por eso que esta vez tardé tanto en escribirte, resulta que estuve tan ocupado en masticar tu última carta que el tiempo se me pasó volando. Por lo demás, no tengo mucho que contarte, salvo que estuve con Laura, me vino a buscar y fuimos a comer unas hamburguesas a Mac Donals, hacía rato que no andaba por ahí, desde mi época de estudiante, donde me pasaba horas enteras leyendo, ya que era del único lugar que no te echaban por no consumir. La pasamos bárbaro y decidimos entre ambos no hablar sobre el pasado y dedicarnos a hacer planes sobre el futuro. Tenemos ganas de irnos a vivir al campo de sus tíos y yo podría escribir las notas desde Internet para el diario. Bueno todo esto son utopías con las que sueño para mantenerme despierto. Te mando un abrazo grande y te debo el regalo, la próxima vez que salga a pasear con Laura te lo compro, no sé algún vinito para compartir…
Saludos. darío