ADVERTENCIA

Esta es la historia de unas personas, amigos, que comenzaron a reencontrarse por medio de cartas via mail... lo que suceda está por verse... está diagramado a tiempo real (una carta espera a la otra, casi siempre) si sos impaciente... ni lo intentes, los autores no se hacen responsables de daños colaterales. Lo que si te recomiendan es que empieces por la primera carta, asi la comprension global de la historia es mayor, busca en la barra lateral las publicaciones o anda hasta el final del blog (que ahi comienza) y buena jornada literaria.

lunes, 29 de junio de 2009

29 de junio de 2009

Pablo:
Hola, amigo. Me alegro de escucharte tan alegre y optimista con respecto a tu vida, aunque no dejo de sorprenderme sobre las diferentes realidades que percibimos. Si alguien leyera nuestras cartas, pensaría inmediatamente que alguno de los dos esta completamente desquiciado, y seguramente, concluiría que el que desvaría soy yo. Yo,te juro, que esto lo tengo presente todo el tiempo, y re juro, que realizo un esfuerzo enorme en conservar la cordura, pero me cuesta tanto. Te preguntarás ¿por qué? La respuesta se encuentra en estas cartas, yo vivo cosas, que para mi son reales ciento por ciento, pero que a los pocos días, en tu correspondencia, me llegan noticias que se contraponen a lo que yo viví. ¿Cómo hago para olvidarme de lo real que para mi resultan las conversaciones con Laura, donde afirma que ella nunca se vió con vos, y que nunca me vió en el estado que vos decis haberme encontrado? Si hasta podriamos creer que existen dos Lauras, y que cada uno de nosotros, la hace decir cosas según su conveniencia. Finalmente te cuento que me cuesta descreer de vos. Tus afirmaciones portan una certeza que tira por tierra cualquier posibilidad de duda de mi parte, ahora, lo que vivo tiene un caracter de realidad que inclina la balanza para mi lado. No sé qué pensar. Quizá el tiempo despeje las dudas. Te mando un abrazo grande y te pido paciencia.

Saludos. Darío.

jueves, 25 de junio de 2009

Dario, 25 de junio de 2009

Darío, amigo mío, empiezo a confiar nuevamente en que seas vos, que se yo todos estos días me quede pensando que quizás, es en esos momentos de cuasi estado vegetativo que vos imaginas todas estas cosas, es más casi hasta me convencí de ello.
Por otra parte, también me resulta bastante incomodo el tener que bajarte o traerte a esta realidad a cada rato, o en cada una de nuestras intervenciones por carta, creí que para estas carta, dos o tres después de mi fugaz visita, estaríamos hablando de nuestro próximo encuentro y no solamente de cómo es que me ves ahí en el loquero, o como te siguen visitando fantasmagóricos amigos del pasado, o realidades tan locas como hirientes. Son este tipo de actitudes las que me generan esos sentimientos que te puse un par de cartas atrás. No es que me guste el sentirme víctima, pero es lo que me pasa, sigo la historia por estos mails, y veo que no avanzamos casi en nada, solo los recuerdos “anexos” que vos me comentas y yo, sin quererlo, me la paso destruyendo. Querer traerte a la realidad me lleva más tiempo que intentar vivir mi vida.
Como para seguir en la misma línea te cuento que vi a este supuesto yo, que decís que estaba en la compu, sos un hijo de puta, te lo digo de corazón, ese chabón estaba bastante más gordo y más canoso que yo. Paso por al lado mío con rumbo desconocido, por mi, con dos enfermeros o guardias, no sé qué serian, perecía estar bastante mal de la cabeza, ya que me clavo una mirada desequilibrada que me llevo a recostarme más aun sobre el respaldo del banque blanco con cuero negro que se encuentra amurado a la sala de espera. Yo seguí un rato mas después de eso esperándote, o esperando que autorizaran la visita, ya que tu locologo tenía que ver si era o podía ser perjudicial para vos.
Sabes que de todo esto que pasa lo único que me queda claro es que cada vez más entiendo el porqué de tu reacción ese día, y todo lo sucedido. Entiendo que tus “amigos” te visiten casi a diario. Empiezo a comprender globalmente la situación.
Otra cosa que me hace bastante ruido hoy, y que me resulta extraño es que no recordaras la visita de Laura del día anterior a que vaya yo. Hable con ella ayer y mientras le comunicaba de la situación, que es lo que pasaba conmigo y tu escasa memoria para el pasado y fructífera memoria “especial”. Ella me dijo que te visito el día antes que yo fuera, que cruzaron dos palabras, con tus respuestas incoherentes con vos mientras estabas arrodillado arriba de la cama, y acto seguido te tiraste para atrás en la cama. Me conto que se quedo hablándote como quince o veinte minutos más y que no le contestaste nada, muy parecido a lo que me sucedió a mí, nada más que conmigo ni dos palabras cruzaste.
Así que amigo mío te diría que no le alojes a la medicación, que trates de ver cual es la realidad “verdadera”, ya que no es lindo lo que te pasa.
Uno en estos momentos es en los que agradece a la vida haberle mostrado el camino de la salvación, que los ángeles lo guíen en la vida, te muestren el camino, yo te pido como amigo que le abras el camino al señor, el siempre te guiara.
Un abrazo, Pablo.
PD: quien te dice que si mejoras y salís medio pronto puedas estar cuando me case. Invitado estas.

jueves, 18 de junio de 2009

Pablo, 18 de junio de 2009

Pablo: Hola. No me atrevo a preguntarte cómo estás, ya que por tu carta parecés muy enojado con migo. Es cierta la descripción que hacés del interior de Hospital, yo odio esas franjas verdes loro, alteran la armonía del blanco, pero no tengo ninguna explicación para mi actitud sobre tu visita, no recuerdo haberme siquiera percatado de tu presencia. Hago un esfuerzo por recordar y sólo llegan a mí las imágenes de otras personas. No podría precisarte, con exactitud, los días en que recibí visitas, ya que dentro del Hospital los días son iguales, calcados unos a otros. En mi cabeza, por más que repaso una y otra vez, aparece Carlitos con lo que te conté la noche anterior y los demás internos del lugar. Alguna que otra conversación intrascendente con “los que me cuidan” como vos les decís, que son enfermeros o Doctores. A propósito, quería comentarte algo extraño: Ayer por la tarde, mientras estaba jugando una partida de ajedrez con un enfermero, se acercó el chofer de la ambulancia, Fabián, que toma mates con nosotros casi toda las tardes, y me dijo que sería mejor que vaya al office del doctor fernandez, que vería algo interesante. El office de fernandez es de donde te escribo las cartas, ya que es la única computadora conectada a Internet del Hospital. Salí corriendo para allá y al llegar manoteé el picaporte y estaba cerrada la puerta con llave desde dentro, porque pude ver la llave puesta. Un segundo después pude sentir como giraban la llave y la puerta se abría, asomando sus narices un hombre flaco con una nariz increíble y un ambo celeste como usan los enfermeros. “¿Qué quieres, vos?” Me preguntó con un acento centroamericano en su castellano. “¿No está el doctor fernandez?” fue lo primero que se me vino a la mente “No… y por hoy no vuelve… ¿Querés usar la compu.?” Me pregunto, lo que me llamó la atención, porque creía que no era para cualquiera la computadora. Le contesté que si y me dijo que esperara que ahora la estaban usando y se corrió un poco para dejarme ver la espalda de un tipo en pijamas rallado escribiendo en ella. Vos te preguntarás qué hay de extraño en todo esto, bueno, lo extraño es que a me pareció familiar esa espalda, esa nuca, esa contextura física, en ese momento creí que eras vos. Inmediatamente después de decir eso el enfermero cerró la puerta y quedé con mis dudas en el pasillo. Me fui a sentar a un banco que hay a unos metros, masticando, repasando, una y otra vez, esa figura humana de espaldas que coincidía con tu forma. Me quedé dormido en el banco, seguramente por el efecto de la medicación que hace que cuando no estoy activo, me duermo. Al despertar, la luz del office de fernandez estaba apagada y ya no había nadie dentro. Una vez más tengo que confesarte que mi mente está obsesionada con esta historia incompleta, a tanto llega que hasta te veo por acá, y no precisamente cuando vos decís que estuviste. Todo me resulta tan extraño. Perdón por arrastrarte a mis delirios. Finalmente y para despejar dudas, te juro que soy yo el que escribe, aunque no puedo asegurarte que sea yo el que domina mi cabeza todo el tiempo. Perdón por eso.
Saludos. Darío.

miércoles, 17 de junio de 2009

Dario, 17de junio de 2009

Dario, recién me bajo del micro, vengo al ciber y me encuentro con este mail tuyo que me descalabra la cabeza. Me pregunto si realmente sos el Dario que conocí, o alguien me esta jugando esta mala pasada.Porque realmente no entiendo nada, pero tendría que ser alguien que se juntara y viviera un millón de cosas, y muy cerca junto a nosotros.
Realmente sigo sintiendo que soy una víctima de la situación,de esto, de lo que nos paso, de lo que me pones. Que veas a personas muertas que te visitan, que te cuenten ideas y cosas accesorias de nuestra relación, que sabemos que no son realidad, que me pongas lo de la internación, que no te entiendo o no entiendo esto verdaderamente.
Que se yo, hasta me dan ganas de no seguir, es como que me cargas.
Pero si no sabes o verdaderamente si no "recordas", estuve en el hospital donde estas internado, este fin de semana largo, surgio asi de la nada. Me hice una escapada hasta ahí, estuve esperando hasta la hora de visitas, hablamos con algunos de tus cuidadores, como les decía yo. Me hicieron pasar por un salón de color blanco con la franja inferior de color verde loro decolorado, después pase por un pasillo largo y blanco que me llevo hasta tu habitación, cuando pase me quede helado, no eras el Dario del cual tenia recuerdo, ese chabon que tenia pelo largo, que siempre fue entradito en carnes. No eras una persona muy flaca con el pelo rapado casi al ras, que perdidamente miraba el cieloraso como buscando una respuesta milagrosa, que las ojeras le llegaban casi a la comisura de la boca. Quien se quedo sin moverse durante la hora que estuvimos juntosque no esbozo ningun ruido más que el que producian sus adenoides crecidas al respirar. Al cual le conté muchas cosas que ahora veo que no reconoces o siquiera recordas.
Es desde ese momento que no se me va de la mente que realmente estoy hablando con otra persona, que por mail parece tan viva y que en vivo no manifiesta diferencia con un vegetal. No se que creer hoy por hoy, se que la persona que vi ahí tirado en la cama vestido de buzo de gimnasia no es la que me escribe, por lo menos no fue la impresión que me dio, que se yo.
No me quiero hacer la víctima tampoco, pero es la sensacion que me aborda. Si no sos Dario y esto te causa risa o regocijo de alguna forma siniestra que no logro entender, te pido por favor acabar con esta farza.
Si por el contrario sos Dario, no entiendo nada verdaderamente amigo. No se si el estado en el que te encontré es en el que te visitan esas "personas" con "realidades" diversas, creí que a mi vuelta me encontraría con un mail en el cual me decías que me habías visto y que te resultaba muy raro, y todo eso, era para lo que estaba preparado, no para esto.
Me quedo sin palabras. no se que mas decirte, además de que Carlitos esta muerto, y que en vez de verlo a el me tendrías que haber visto a mi. Mas que eso no tengo que decirte, cuidate toma la medicina y mejorate.
Un abrazo.
Pablo.

martes, 16 de junio de 2009

Pablo, 16 de junio de 2009

Pablo: Hola. Por lo que leí en tu carta te encuentro bastante preocupado por mi situación, bueno, quería decirte que no te preocupes, ya que me encuentro mejor. Los doctores dicen que mi recuperación es eminente, y, la verdad, es que yo me siento con mayor lucidez. Me llama la atención, debo confesarte, que aún suelo perderme en ciertas lagunas mentales, donde se me enreda la realidad con imágenes de dudosa evidencia. A propósito, quería comentarte que vino a verme nuevamente Carlitos, desde ya que no me animé a preguntarle si estaba vivo o era una alucinación mía. Real o no, hablamos mucho sobre vos, al parecer tiene muchos datos de ambos y cuenta una historia de triángulo amoroso, que era conocida por toda la ciudad menos por vos y que la noticia fue lo que desencadenó la seguidilla de hechos violentos. Todo venía bien hasta que comenzó a contarme como fue que te internaron y lo mal que te encontró la última vez que te vio. Cuando comenzó a decirme que estabas encerrado en el pabellón de agudos peligrosos opté por cortar la conversación y me levanté del banco con la excusa de tener sesión con mi terapeuta. Observé como Carlitos se ponía incómodo y hasta me pidió disculpas por tocar el tema. Lo positivo es que dado lo exagerado del personaje, pude darme cuenta de lo irreal que resultaba esa charla: no puedo dejar de reírme de lo dantesco de la imagen tuya en ese pabellón. Mi psiquiatra, al contarle esto, me dijo que lo que funciona como motor para crear estas historias “alocadas” es mi deseo de que ocupes mi lugar en el Hospital. Que increíble que es la mente, las cosas que puede crear para defenderse.
Ya que tuviste la oportunidad de ver a Lauri, te encargo que la saludes de parte mía y le dejes mis disculpas por traerla hasta el hospital con mis confusiones.
Saludos. Darío.

martes, 9 de junio de 2009

Dario, 9 de junio de 2009

Dario, estimado compañero, me alegro que te sientas acompañado, yo no quisiera arruinarte la vida, como te dije muchas veces, solo intento guiarte de a poco, como puedo hacia la adversa realidad que se escurre efimera entre tus dedos, quedandote solo el sabor amargo de la intrascendencia. Yo lo unico que te puedo decir es que la gente que tenemos en comun sufrio mucho por nosotros y gracias a nosotros. Se que no es muy bueno, por ahi, traerte a la realidad de esta forma o de la forma que la realidad alterna que vivis te jode, o que de a poco se mete en tu vida.
No se como decirte esto tampoco que lo que pasamos es dificil de explicar y la realidad al tener tres facetas, la tuya, la mia y tu alterna, complica el entendimiento de lo poco que te puedo decir, para ayudarte.
Se tambien que cuesta divisar que pincelaso de lo que te digo realmente es verdad, ya que muchas veces parezco, y lo sé, un chabon que te rompe las ilusiones o te tira abajo, es que no puedo ver a mi amigo y compañero de vida, con el que pase tantas cosas, vivi y disfrute, no se que más puedo decirte intentando expresarte mi realidad y mis imposibilidades de darte muchas más herramientas.
Soy como podras ver en el futuro una victima de la situacion, de tu situacion y de la situacion pasada, soy solo una victima de la distancia y la falta de comunicacion que nos desbordo durante estos años pasados, pisados.
aunque no puedas comprender algunas de las cosas que te expreso se que uno no es distinto a su espiritu, a su karma, y ahora que me dedico un poco mas a cultivar esta parte abandonada de mi vida, a recrearla y finiquitar esa oscuridad que nos envolvia en la realidad que transitabamos y que desencadeno ese episodio.
bueno dario te dejo, espero que no dejes la medicacion ya que de a poco estas recuperando algo de la "cordura" perdida. sabes que aca hay un amigo y no quiero que solamente me veas como una victima.
PD: lo que me dijiste de Laura te digo que lo veo dificil que haya sucedido, ves hasta aca me siento vicima de la situacion, de tener que explicarte esto, Laura estaba aca en el sur conmigo, terminando los papeles para la venta de la casa. Hablamos un rato y se tomaba una semana con el marido para irse diez dias a San Martin de los Andes, estan por pasar esta semana por aca para volverse a baires, me dijo que capas pasaba a visitarte mas adelante, ya que estuvimos hablando de vos y la situacion.Perdon por esta traida a la realidad de los pelos. yo sigo con mi novia re bien.

martes, 2 de junio de 2009

Pablo, 2 de junio de 2009

Querido Pablo: Hola. Te cuento que leí tu carta un par de veces, con muchísima atención. En primer lugar te agradezco tu preocupación por mi salud mental, aunque me resulta tan extraño tener que dar explicaciones sobre lo que para mi es real. Te juro que mi mente ha borrado todos estos detalles sobre la gente que tenemos en común. Luego de leer tus líneas tengo la sensación de haber construido un universo paralelo, donde las imágenes se rehúsan a acomodarse, son rebeldes a toda orden que les imparto con la finalidad de ordenarlas. Los recuerdos que se han grabado en mi mente de los últimos acontecimientos, insisten una y otra vez en aparecerse frente a mí. Se niegan a ser desmentidos. Luchan por no perder su coherencia. Y en estas interminables batallas van hiriendo mi estado de realidad, a punto tal que, en repetidas ocasiones, pienso muy seriamente en abandonar la lucha y entregarme a las aguas de la locura para que me ahoguen de una vez y, asumiéndome un desquiciado, ya no luchar más y disfrutar de las ilusiones que me completan. Quizá te suene muy raro todo esto, pero, aunque me duele contarlo, ya que sospecho seriamente que fue irreal, Laura vino nuevamente a visitarme. Hablamos mucho de todo lo que me pasa y llorando me contó que vos no estás muy bien de la cabeza y que yo ya me voy a dar cuenta de eso en algún momento. Que ella no quiere hablar de estos temas ya que se siente culpable del final de nosotros dos. Qué querés que te diga, estos comentarios de Laura me desorientan de sobremanera. Por supuesto, en esta visita me cercioré de su embarazo, y corroboré su visita de los bizcochitos. Bueno sea real o no, este universo paralelo me llena de alegrías y me une tanto a Laura que me cuesta abandonarlo. Que contradicción, un estado de locura me convierte en coherente y consecuente con mis deseos. Saludos. Darío.