ADVERTENCIA

Esta es la historia de unas personas, amigos, que comenzaron a reencontrarse por medio de cartas via mail... lo que suceda está por verse... está diagramado a tiempo real (una carta espera a la otra, casi siempre) si sos impaciente... ni lo intentes, los autores no se hacen responsables de daños colaterales. Lo que si te recomiendan es que empieces por la primera carta, asi la comprension global de la historia es mayor, busca en la barra lateral las publicaciones o anda hasta el final del blog (que ahi comienza) y buena jornada literaria.

martes, 11 de agosto de 2009

11 de agosto de 2009

Querido Pablo:
Te escribo esta carta para redimirme de mi tardanza en la carta anterior, que, como te contaba en ella, en estos últimos días, el tiempo corre de manera misteriosa para mí. Es que últimamente me siento algo extraño, con una gota lacerándome la cabeza desde dentro, lleno de dudas. Hurgando una y otra vez en esa cicatriz que es pensar. Imposibilitado para traspasar por la delicada película ámbar, que teje el sueño. Sería incapaz de dormir, justamente, por la terrible tarea que conlleva la incredulidad. Me revuelco en la cama y despierto en el piso acurrucado y tembloroso. Paso la mayor parte del tiempo concentrado en luchar por no dar solvencia a los recuerdos que lastiman, a sensaciones que enajenan el pasado, tornándolo impersonal, estéril, y sobre todo, sospechoso de engaños, embustes que meten miedo.
Me miro a la cara frente al espejo y veo mis ojos lánguidos frente a la procesión inconexa de recuerdos y dudas.
Por momentos creo haber descubierto que el mundo no es lo que parece o, quizá, que el mundo aparente no es el único; el mundo real es sólo una parte de la mentira, y en la otra punta de mi cabeza, como agazapados, me esperan tus palabras que se empeñan en desmentir cada gota de cordura a la que intento agarrarme.
Un movimiento suele ser fácil de ejecutar, es algo automático la mayoría de las veces, sólo se complica si lo despedazamos en sus infinitas partes: cada sinapsis, cada terminal neuronal motora zarandeando un músculo que carga a un hueso, y éste a la carne y luego a la piel. Si me preguntasen qué estuve haciendo hoy por la mañana o hace un rato, no sabría que responder. Tal vez olvide en que estuve pensando, como siempre. Tal vez me perdí pensando en que me perdía y por buscarme fui más lejos aún. A veces creo estar cerca de la verdad, sobretodo cuando estoy con Laura, en esos momentos siento que soy otra persona, que quedan atrás todas las dudas y que finalmente soy feliz. Pero, siempre existe un pero en mi vida, al leer tus cartas, todo se me derrumba. Con esto no quiero decirte que no me escribas, para nada, estoy convencido de que la realidad sólo puede llegarme luego de confrontar mi versión con la tuya. Te mando un abrazo grande y espero poder juntarnos algún día para hablar largo y tendido.
Darío.

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