ADVERTENCIA

Esta es la historia de unas personas, amigos, que comenzaron a reencontrarse por medio de cartas via mail... lo que suceda está por verse... está diagramado a tiempo real (una carta espera a la otra, casi siempre) si sos impaciente... ni lo intentes, los autores no se hacen responsables de daños colaterales. Lo que si te recomiendan es que empieces por la primera carta, asi la comprension global de la historia es mayor, busca en la barra lateral las publicaciones o anda hasta el final del blog (que ahi comienza) y buena jornada literaria.

lunes, 29 de marzo de 2010

carta a Pablo

Querido Pablo: tu carta me dejó muy mal. Te confieso que al terminarla de leerla quedé congelado frente a la computadora. Perdí la noción del tiempo, de todas las dimensiones del tiempo posibles. Luego, lentamente, la conciencia volvió a mi cuerpo. No podía cree que estos tres meses se hayan pasado sin dejar registros en mí. Repaso mentalmente el correr de los días y no recuerdo detalles que den cuenta de su transcurrir. Evidentemente mi cabeza me juega malas pasadas. Por suerte te tengo a vos que me traes a la realidad. Igualmente el sentimiento de impotencia que crece dentro de mí se hace cada vez más profundo y hace que el resto de la gente se diluya en la nada. Todo esto me ha llevado a tomar una decisión: no voy a hablar con nadie más. Sólo con vos, con Laura y con Marcos, si aparece. Ni siquiera voy a contestarle al Dr. Fernandez, ya me cansó con su lata de que mi internación es sólo transitoria. Transitoria las pelotas, no hace nada para que me cure de una vez por todas. Todo esto es lo negativo de tu carta, aunque desde que la leí crece en mi cabeza la idea de escaparme como hiciste vos, así que no te sorprendas si voy a hacerte compañía allá por el sur. La fuerza del destino sólo mancha tímidamente mis días, de forma tímida y monótona, ya estoy cansado de esto. Siento que la vida me pasa de costado, que la escucho como un eco de una fiesta lejana, y, al leer tus cartas, me avivo de que la vida es otra cosa y eso me impulsa a pensar en fugarme y vivir aventuras con vos. Aquí, en el hospital tengo la certeza de que el mundo entero está aguzando el oído para poder escuchar mis pensamientos para tramar boicots en mi contra, por lo que concluyo que el día que decida fugarme deberé hacerlo sin pensarlo demasiado para que no me coarten la idea. Me voy a sumir en un silencio profundo, de palabras y pensamientos, será un silencio que podrán sopesar con la palma de sus manos traicioneras, del que podrán comprobar su masa y su densidad y, que con el correr del tiempo, seguramente lo verán caminar por los pasillos del hospital, acurrucado en posición fetal delante del consultorio del Dr. Fernandez, haciendo la cola en el comedor o corriendo desnudo por el patio perseguido por los enfermeros. Lo que nunca podrán es atraparlo para medicarlo, en él no entran las agujas de las inyecciones y las pastillas pasan de largo sin causar efecto alguno. Nos vemos pronto. Saludos. Darío.

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