Pablo:
La verdad es que no dejás de sorprenderme, no puedo creer que recibas una carta con infinidad de preguntas escenciales y hagas como si nada. Lo primero que pensé, fue que no la habías recibido, pero fui a chequear y me figura como enviado, asi que lo que me queda concluir es que, evidentemente, te molesta hablar del tema. Bien... te repito que yo necesito imperiosamente abordar la historia para poder, de esta forma, reconstruir mi pasado. Trato de mantener la coherencia y para eso hago un esfuerzo enorme, y tu postura, te confieso, no me ayuda en nada.
Por lo demás, me alegro de tu noviazgo, tu perra y tus amigos con los que comés asados y tomás vino. Yo me encuentro imposibilitado de todas esas cosas, ya que dada mi condición de encierro no puedo tener amigos, sólo compañeros de hospital, que son bastantes aburridos (se babean todo el tiempo) y mezclar alcohol con tioridazina, risperidona y clotiapina no es una muy buena idea.
Saludos. Darío.
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