Darío amigo mío, te comento, con desgano y preocupación, que desde que comenzaste a mandarle cartas a Marcos, este dejo de escribirme, no sé que le habrás dicho o expresado en esos mails. Por otro lado te cuento con un grado de desgano muy grande, que me transfieren a un lugar con mayor seguridad, por lo cual no voy a poder contactarme tan seguido con vos.
Ayer en un rapto de gracia, Fernández me prestó el celular de la comisaria y pude hablar con Laura, quien me dijo que se comenzó a preocupar por vos, después del último encuentro. Charlamos largo y tendido, de cómo va su embarazo, como están las cosas con su pareja, de cómo está la situación en Buenos Aires. Me conto de como se le restringe el movimiento por la panza, y que muchas veces recuerda cuando estábamos en pareja, sobre todo cuando esta sola, jajaja.
Por lo demás se que el encierro muchas veces deja huellas, imborrables en la mente, por eso espero de sobremanera que estés muy bien amigo, ya que cuando estemos cerca nos entendemos y quisiera que no se pierda esa conexión que tenemos desde purretes.
Sé, que esta relación se puede distancian ante la falta de comunicación, pero creo que como hemos pasado tantos de estos momentos, pasaremos.
Bueno amigo te dejo un abrazo grande y no sé cuando vamos a poder hablar de nuevo.
PD: como para no perder la costumbre, después de tanto tiempo, ándate a la concha de tu madre.
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